lunes, 6 de julio de 2009

Porvenir - Dragón - chap 4


En Londres Hermione vagaba como un alma en pena. Había llamado al Ministerio con la intención de saber qué había pasado con Draco. Tontamente, creyó que habiendo pasado los dos años de la condena le permitirían ir a buscarlo. No sabía a dónde porque los mortífagos fueron llevados a otra prisión construida para tal fin y Azkaban quedó reducida a cárcel para delitos comunes. Pero no sólo no lo permitieron, tampoco le dieron ninguna clase de información, si ya lo habían liberado o si había muerto. La incertidumbre la estaba volviendo loca, se mesaba el pelo sin parar, gruñía y lloraba todo al mismo tiempo. Así la encontraron sus amigos.

Como una autómata se dirigió a la puerta de su departamento, la abrió y los dejó pasar. Harry y Ron la abrazaron y en ese abrazo Hermione liberó toda su angustia, su miedo y su rabia. Mientras gritaba “por qué” con una voz ahogada por los sollozos, golpeaba a sus amigos que la dejaron hacer hasta que se derrumbó extenuada.

-¿Estás mejor? –le preguntó Harry, asustado por la reacción de la castaña. Si bien él esperaba una reacción intensa, nunca imaginó la magnitud de la misma. Incluso Ginny, que no podía parar de llorar, se sintió intimidada.
Ron, por su parte, ya estaba en la cocina preparando té, mientras se frotaba los brazos. En ese momento sintió pena por Draco al acordarse del puñetazo que la chica le dio en tercero. “¡Auch! Lo que le habrá dolido -pensó- porque al él se lo hizo a propósito”.

-¡No, no, Harry, no!. Él ni siquiera sabe dónde vivo, cómo nos vamos a encontrar –gritaba desesperada.

-Él va a encontrar el modo Hermione, cálmate –le rogó Ginny- puede enviarte una lechuza…

-O un patronus –arguyó Ron que ya había vuelto con cuatro tazas de té.

-Tal vez te busque en La Madriguera. Draco te va a encontrar, Herms, tenlo por seguro –agregó Harry.

Ella los miraba como si viera a través. Los muchachos sabían que le estaba costando lo suyo sobrellevar todo este tiempo, pero esto era mucho más de lo que esperaban.
Ron se revolvía incómodo en el sillón hasta que, finalmente y sin decir nada, salió del cuarto, convocó a su patronus y se lo envió a Malfoy.

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Cuando un terrier parlante se apareció en el compartimiento de Draco, éste agradeció que el muggle que lo compartía con él no estuviera presente en ese momento.
Y agradeció, también, que haya sido justamente Ron Weasley quién se lo enviara. Ya sabía dónde encontrar a Hermione, vivía en el East End, cerca del Victoria Park, en el Londres Muggle.

Otros recuerdos acudieron a su mente, recuerdos de celos y peleas con la comadreja por Hermione. Se acarició vagamente la cara por encima de una de sus cejas donde una pequeña cicatriz daba testimonio de la reyerta que mantuvo con Weasley y que los dejó tres días en la enfermería del colegio. Hermione no quiso que le borraran la cicatriz con magia porque “así recordarás que eres un estúpido Malfoy”. Sonrió ante el recuerdo, siempre se ponía tan bonita cuando se enojaba.
El día que se dio cuenta que la hacía rabiar tanto con la sola intención de ver como sus ojos lanzaban chispas, comprendió que todo ese odio era miedo, miedo por un amor prohibido, sin futuro; porque en ese entonces todavía le importaban las diferencias de sangre y si bien él no creía que había que exterminar a los muggles ni considerar indignos de ser magos a los impuros, los mestizos o a los traidores a la sangre, ella formaba parte del jodido Trío Dorado, sus enemigos naturales y era inadmisible que fuera enamorarse justamente de ella. Sin embargo, lo hizo. Y más aún: fue plenamente correspondido. Y ese fue el día más feliz de Draco Malfoy, tanto que pudo convocar un patronus tan poderoso que Hermione se quedó extasiada. Nunca se olvidaría de ese enorme dragón verde de ojos como rubíes y destellos dorados.

Un dragón que acababa de entrar para anunciarle que estaba vivo y que iba por ella.


3 comentarios:

zorgin dijo...

mmm, esto es para iniciados, hay algunas cosas que Ud las dá como supuestas que uno ya sabe, qué es un muggle, en este lugar?

Luna-maga dijo...

claro, usted no sabe, un muggle es una persona sin magia, o más propiamente un NO MAGO.
Lo que sucede es que el objetivo de este blog es colgar la música que escucho mientras escribo porque en FanFiction no se puede. y allí todos son fanáticos de la saga y saben qué es cada cosa.
le agradezco tanto que pese a todo siga pasando por acá :)

zorgin dijo...

ah, bueno, y el flim para cuando?, vio que el tal potter es la debilidad de tita lamberto tambien?